miércoles, 4 de noviembre de 2015

desayuno con diamantes.

¿Conocéis el libro los renglones torcidos de Dios? ese en el que alguien entra en un centro psiquiátrico para investigar algo y a lo largo de toda la novela tienes la duda de si está investigando o solo es una loca más. Pues mi colegio mayor fue algo como estar infiltrada sin saber si ya había pasado o no la delgada línea que separa al que acaba de llegar con sus manías y gustos de la vida anterior, de los que ya viven allí siendo un destello de lo que eran.

Me levanté a la mañana siguiente de haber llegado al colegio, tras recibir las directrices de lo que poder preguntar o no preguntar, lo que decir o no decir, pero con la obligación de presentarme a todos los colegiales.

Aparte de ser una persona vergonzosa, por la mañana soy un ser muy poco sociable, necesito desayunar en silencio, con pintas y a mi bola. Así que esa mañana me tocó dejar a un lado mis costumbres y arreglarme para bajar a desayunar y presentarme a todos.Creo que me cambié unas tres veces, para terminar bajando con unos vaqueros y una camiseta.

 Lo que más me agobiaba era tener que presentarme a todos, ir grupo a grupo diciendo que acababa de llegar, que opositaba a notarías, que estaba ilusionada, y bla, bla.

Bajé las escaleras, crucé el patio exterior y entré en el edificio en el que estaba el comedor y las salas de estar. Junto a la cocina había varias mesas de madera ocupadas cada una de ellas por una persona con un periódico diferente, reconocí el clan al que iba a pertenecer, al de "ni me hables por la mañana", pero puesto que no conocía a nadie y me tocaba presentarme a la gente decidí que lo mejor sería sentarme en el comedor con otros colegiales.

Me sorprendió que al entrar solo hubiera una mesa ocupada por un chico, cuando fuera había tanta gente absorta en sus periódicos. Me pareció hasta mejor,  porque así no pasaba la vergüenza de conocer a mucha gente a la vez.

Cogí mi café, mis tostadas y me senté a su lado. Me presenté y se presentó. Cuando pensé; todo va bien, es majo, esto no es tan difícil, ya conoces a uno más, un olor intenso se hizo con toda la sala.

Mi supuesto nuevo conocido se levantó de la mesa y sacó del microondas un trozo de carne prácticamente crudo que olía a vinagre que echaba para atrás.

Soy vegetariana desde hace más de diez años porque me da asco la carne, solo pensar en los nervios, en toparme con un trozo duro, o que salga un poco de sangre...me dan arcadas.
Imaginaros mi cara cuando a primera hora de la mañana, con el estómago vacío, me encuentro con un señor que desayuna algo que huele fatal y que chorrea sangre por todos los extremos.

Creo que mi cara expresaba el baile que estaban teniendo mis entrañas intentando no obligarme a ir al baño, porque el chico decidió explicarme con pelos y señales que desayunaba, comía y cenaba carne casi cruda y un mejunje verde no menos asqueroso, para no engordar y estar al mismo tiempo lleno de energía para estudiar.

El olor era tan penetrante que fui incapaz de probar bocado. Tras despedirme de él, diciéndole que tenía que deshacer la maleta, deshecha desde el día anterior, me crucé con una chica que tras verme la cara y asomarse al comedor me sonrió y dijo; - sí, por eso desayuna solo.

La sonreí, pero fui incapaz de añadir nada a mi sonrisa/expresión de asco, porque todavía tenía el regustillo del vinagre en la garganta y la imagen de ese pedazo de carne en la retina.

Subí a mi cuarto e hice el recuento, vale, solo me he presentado a uno con el que no voy a volver a sentarme a la mesa nunca más, por tanto, a parte de las dos chicas con las que comí el primer día, y un par de sonrisas furtivas que gritaban (me siento sola, háblame por favor), no conocía a nadie más.

En ese momento deseé con todas mis fuerzas volver al patio del recreo, a esa edad en la que te juntas con un compañero, y cuando necesitas a más niños para jugar a escondite, la comba, el elástico os cogéis por los hombros y paseáis por entre los demás niños gritando a pleno pulmón,¿QUIEEEEN QUIIIERE JUGAAAAR CON NOSOTROOOOS?

2 comentarios:

  1. Jajajajajjajajaja muchisimas gracias por contarnos cosas del colegio mayor! Siempre me he prguntado que se cocia por esos ambientes....pero este chico se compraba la carne por su cuenta o os la ponian como opción en el buffet? Madre mia! Hay otra opciones saludables, energéticas y no repugnantes!también queremos saber de la que en realidad no opositaba... Menuda energúmena! Que haria todo el dia en su cuarto esa mujer? Pulseritas ?

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  2. Jajajajajajjajaja madre mía....a mí lo que me admira es que no salieras huyendo de allí en ese preciso momento!! Entre las "advertencias" del día anterior y ésto...desayunar carne cruda argggg Lo cierto es que si los opositores ya somos raritos de por sí no me quiero imaginar viviendo con otros opositores jajaja
    Espero que sigas contándonos este tipo de anécdotas porque creo que a todos nos encantan! :)

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