domingo, 17 de enero de 2016

Estoy opositando, ¿puedo ponerme enfermo?

Suena el Piiii piiii de cada mañana, no me doy cuenta hasta al cabo de un rato de que el ruido está al lado de mi cama y no dentro de mi cabeza. Levanto el brazo para apagar el despertador y decirle que sí, que ya me he enterado, que cómo no me voy a enterar con lo que suena el muy jodido, con lo que lleva sonando desde hace meses, y es entonces cuando me doy cuenta de que el brazo me pesa más que de costumbre. Un escalofrío me recorre de arriba a abajo, estoy todavía  debajo del edredón pero me tirita todo el cuerpo. Me toco la cara y está  ardiendo...lo inevitable ha llegado y no puedo hacer nada para evitarlo, me he puesto enferma y mañana canto!!!nooooooo!!!

¿Cuántas de estas mañana habéis tenido? 
Como persona que se es mientras se oposita, la enfermedad es una posibilidad que está al acecho, y más teniendo el sistema inmunológico como se tiene cuando el estrés es lo que se desayuna por las mañanas y lo que apenas se apaga por las noches. Pero como opositores, como aquel pretendiente de cumplidor de planning semanal, es imposible, o está prohibido quedarse unos días en la cama. Vamos, impensable.

Si no sales de la cama porque no te sostienes en pie, los temas no te quitan ojo desde encima de la mesa, el cronómetro cuenta segundo a segundo, y más lentamente que de costumbre, el tiempo que pasa mientras dice " todo este tiempo es el que estás perdiendo", y así no se recupera nadie.

Si le comentas a alguien ajeno a la oposición que estas enfermo dirá, " ale, pues sopita y a la cama" y mientras piensas " si, sopita tu madre, que yo tengo 300 artículos que repasar esta semana".

Durante la oposición son muchos los días en los que toca estudiar con 39 de fiebre, con la nariz en carne viva, con la boca llena de llagas, o casi afónico por completo, sin embargo, esos días, por muy duros que sean, no se puede dejar de intentarlo. Está claro que si no se pueden meter las mismas horas que de costumbre tampoco es el fin del mundo, y que siempre se puede recuperar un día fallido por enfermedad con el día libre de la semana, sin embargo, una incógnita que tiene todo opositor es la siguiente; ¿ cómo narices voy a estar el día del examen? Es decir, ¿ alguien me asegura que el día del cante ante el tribunal o el día del dictamen o del test o del examen escrito voy a estar en perfectas condiciones? ¿ voy a sentirme genial, despejado, sin frío ni calor? 

Pues no, la respuesta es que no. Son muchos los casos, y más de los que creemos, precisamente porque cuando están los nervios a flor de piel es más sencillo coger cualquier cosa, en los que toca enfrentarse al " gran día " no estando al 100%. Por ello, nunca está de más intentar cantarse los temas, o redactar uno estando enfermo. Cada uno de esos intentos es una probabilidad más de poder hacer frente a ello el día del examen.

Y sí amigos, esta es una más de las injusticias que se sufre opositando. Cuando alguien te comenta que menuda suerte no tener que ir a trabajar y poder estudiar en casa sin rendir cuentas a nadie, pudiendo quedarse en la cama sin pedir permiso al jefe y sin horarios... tú simplemente tragas saliva porque con antecedentes penales no te puedes presentar a ningún examen. 

8 comentarios:

  1. Hola! Me ha encantado la entrada! Justo hace un par de semanas me puse malísima y aunque ganas no me faltaron para decir un "oye que no voy al cante", allí que me fui con mi media-voz, mocos y toda la paraeta. Y aunque no fue un cante inolvidable, cuando salí me sentí bastante bien, sobre todo pensando que no había virus que pudiera con mis ganas :)

    PD: Más de una vez he pensado eso de "nooo, no lo hagas que con antecedentes no se puede ser funcionario" jajaja

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  2. Pues yo si me pongo enfermo no estudio hasta que me cure. No sirve de nada forzar el cuerpo, es mejor recuperarse y reorganizar el planning. Hay que daber escuchar al cuerpo. Y dudo mucho que alguien con fiebre pueda estudiar...

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  3. Yo, como el otro anónimo, tampoco soy de forzar.
    Una cosa es que te cojas un catarrillo de mocos, que puedes ir tirando aunque estés congestionado o más incómodo y otra que estés con un gripazo del quince y con fiebre, que al final ni estudias, ni te recuperas del todo no haces nada.
    Vamos, pienso que compensa mucho más perder uno o dos días de estar en cama descansando que estar forzando la máquina y, al final, perder la semana entera.

    Otra cosa es que te cojas un gripazo con el examen al lado, ahí ya sálvese quien pueda.

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  4. Me encanta tu blog! No puedes acertar más en todo lo que dices. Yo soy también de las que cantan temas llena de virus y estudia metida en la cama. Es cierto que el nivel de concentración no es el mismo, pero así tengo la sensación de no perder el tiempo. Lo peor sería ponerse enfermo el día del examen, puff! No me lo quiero ni imaginar!

    Mucho ánimo a todos y que los virus no nos molesten mucho!

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  5. Yo si estoy mala lo normal es que siga estudiando, aunque también depende de qué me pase. Por ejemplo, si es un catarro, salvo que tenga fiebre o dolor de cabeza sí que estudio (armada de un palé de pañuelos jaja). Sin embargo si lo que tengo es dolor menstrual o dolor de cuello si que es verdad que no puedo con mi vida! Un besito enorme! Muuakkk

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  6. Comentandolo con los compañeros nos hemos dado cuenta de que enfermas más cuando estas opositando, o eso parece. Yo la verdad es que no he dejado de estudiar, aunque el ritmo no sea igual. También es cierto que la vez que peor he estado es cuando tenía unos dias de descanso, debe ser que el cuerpo se relaja... Lo importante es tener paciencia y buen ánimo!

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  7. Tengo la suerte (y un gran n sistema inmunológico) de no haber tenido nunca fiebre, si he tenido constipados fuertes y trancazos de esos de no poder moverme, pero supongo q la ausencia de fiebre me hace q quedarme en la cama no sea ni siquiera una opción!! e. Pero sí tengo unas migrañas horribles, q ademas son tensionales y se incrementan con el estress. Y sí, también he estudiado con migrañón y dopada a modo de simulacro para ver como rendiría mi cuerpo.
    Un abrazo!

    Carmen.-

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  8. Hay que reconocer que los temas, o los artículos, o los nervios y la tensión, o vaya usted a saber qué, parecen desprender un polvillo o tufillo que seguro que refuerza nuestro sistema inmunológico, porque la verdad es que un opositor-opositor, - no de esos que dicen que opositan, que también los hay, sino de los que opositan de verdad, como tú, hayas sacado o no la oposición,- se percata de que está enfermo casi por referencias,- por el estornudo, por el temblequeo, por las ganas de no salir de debajo del edredón-, y, tras una duda casi inapreciable, se pone a la tarea, abrigándose algo más, pero siguiendo con la rutina.
    Se es opositor en todo momento, todo el tiempo y bajo cualquier circunstancia, llueva o truene; y si uno está pendiente de su perfecto estado físico para obtener el mejor rendimiento, apaga y vámonos.
    La oposición es tu vida y tu religión. Y mientras opositas no hay nada más. ¿Duro? ¿Quién dice lo contrario?
    Yo tenía un preparador que decía: “Las oposiciones se sacan en los días que los demás descansan.” ¿Que es una salvajada? Pues, si, seguro que sí, pero algo de razón tenía.
    Disfruto enormemente leyéndote. Gracias por tus reflexiones en voz alta

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