lunes, 8 de febrero de 2016

el enemigo

He escrito varias veces la entrada de esta semana.
La he escrito, y la he borrado una vez tras otra, porque no era el momento de hablar de ese tema, porque no me apetecía hablar del otro, porque menuda chorrada acabo de escribir, que mierda de entrada y al final he pensado...pues esta semana no escribo nada.

Tras apagar el ordenador, he reconocido el colapso, "el enemigo" , el que varias veces vino a verme durante la oposición.

Esa sensación que se acrecienta por las noches, cuando estás contigo mismo, intentando decirte que puedes, que hay tiempo, que no has podido hacerlo mejor, y  no sabes por qué razón, a veces, sobre todo por las noches, te caes con todo el equipo puesto, o mejor dicho te tiran, o te tiras, o crees que te tiras...

Al final, sin quererlo ni beberlo, es la mente la que decide muchas veces si hoy toca un día de mierda o un buen día en el que hacer todo lo que nos hemos propuesto. Y es justo en esos días de mierda en los que hay que ser lo suficientemente inteligente para poner el modo vuelo on, y sin darle cancha a la mente, seguir haciendo.

Si por ella fuera, ahora misma cerraría esta ventana y no publicaría, porque es uno de esos días malos, y me dice que por qué hago estas chorradas, que si no voy a contar nada, que no lo escriba.

Al igual que durante la oposición, sin saber muy bien por qué, esa parte de mí que no me  gustaba, empezaba a decirme que no sería capaz, que dónde iba yo con ese temario delante de mis narices, que por qué no me limitaba a llevar una vida normal, como el resto, fuera, en la calle...

Así que hoy simplemente escribo para decir, que esos días, esos en los que abres el ojo y piensas....buf, ni de coña salgo de la cama... hay que dar por saco más que cualquier otro. Salir de la cama de un brinco, y pintarse la raya del ojo aunque no se vaya a ningún lado, o afeitarse aunque tu madre sea la única mujer que te va a ver en toda la semana, y estudiar aunque "el enemigo" te diga que puede que no lo consigas nunca, y escribir, aunque no sea el mejor día para contar algo.


21 comentarios:

  1. Como te entiendo, vaya si has contado algo. Has contado mucho más de lo que crees. A por el enemigo, a dar por saco.
    Me ha gustado mucho porque todos nos sentimos asi y has encontrado la forma de expresarlo perfectamente. Muy reflejada. A por el.

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  2. Pues para no tener que contar...has contado, y ¡vaya si lo has hecho! Hoy era un día de enfrentarse al "enemigo" por estos lares tan bien, y leer mis pensamientos en tu post me han apaciguado un poco (algo es algo) esta batalla interior. ¡Qué tonta a veces la mente! Ya podría mandar más fácilmente mensajes de motivación.

    Espero que a estas horas hayas vencido ya al enemigo, y buen re-inicio de semana mañana ;)

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  3. Pues lo mismo digo.
    Yo, que nunca había escrito, he pensado: pues ésta es la ocasión.
    Escribir para decir nada, pues con tu entrada lo has dicho todo.

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  4. En esas mismas me encuentro, dando vueltas en la cama, repasando mentalmente las sanciones accesorias a empresarios del art. 46 LISOS y atascada. Y mi enemigo haciéndose fuerte y anudándome el estómago. Y robándome el sueño.
    Pero en cuanto consiga dormirme pienso soñar q me sé bien las preguntas del examen de este sábado. Y mañana pienso sacar las pinturas de guerra para enfrentarme a los últimos repasos. Y le van a dar al enemigo....
    Gracias por compartir también esto. Gracias.
    Un abrazo.
    Te mereces q la semana remonte y sea de las buenísimas.

    Carmen.-

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  5. Como dicen los dos comentarios anteriores! Has contado y mucho además. La mente nos juega malas pasadas y nos hace infravalorarnos, y sabes que te digo? Que meterse en una oposición (en este caso) y pasarnos años encerradas, hay que tenerlos muy bien puestos. Somos más valientes de lo que creemos y por supuesto valemos mucho más de lo que pensamos.
    Y como dice el dicho, al enemigo ni agua!

    Mucho ánimo!! Un beso!

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  6. Este post es una grandísima verdad. El mayor enemigo de la oposición llegado el momento final somos uno mismo. Nuestra mente, nuestros pensamientos, nuestro desgaste, nuestra mochila que pesa más, nuestras circunstancias que hacen que desfallezcamos.

    Yo soy opositor a Registros. Al menos de momento. Estoy pasando la etapa más complicada de mi vida. Ya van 5 años y medio en este barco y por circunstancias de la vida mi barco empezó a tener agujeros a partir del segundo año. Me considero una persona apta y que tenía una capacidad de sacrificio, de lucha y de disciplina altísima en el ámbito académico. Por circunstancias familiares todo ese escudo protector que siempre tuve y toda la motivación, fuerza de voluntad e incluso claridad mental han ido minándose muchísimo durante estos 3 últimos años. Ahora mismo y desde ya hace mucho tiempo, mi mente, "el enemigo" es junto con el desgaste el mayor de mis problemas. Me siento frustrado, agotado y por mucho que he intentando poner parches a las fugas de agua para no echar a perder tan ingente esfuerzo no lo he logrado. No veo resultados donde antes los veía, no encuentro alegría donde antes la hallaba. Lo peor es que veo como mi sueño se escapa o lleva ya un tiempo escapándoseme entre las manos y aunque lo he intentado como buenamente he podido también siento que no he sido lo suficientemente fuerte mentalmente como para haberlo reconducido a tiempo.
    Ahora me veo en un impás muy serio pues mental y psicológicamente estoy deshecho. Sé que tenía unas cualidades idóneas para afrontar con esfuerzo y valentía el objetivo pero todo me ha desgastado tanto que no me reconozco. Era mi gran sueño. Casi ya hablo en pasado porque no me veo en las condiciones mentales y emocionales que requiere esta dura etapa que todos bien conocemos. Yo sé lo que es luchar cuando estás bien y ver los progresos pero también he conocido 3 años en los que he sufrido mucho más de lo que jamás pensé que iba a sufrir y ello ha hecho que los resultados no llegarán sino que a base de crisis y parones se hayan ido desplomando los cimientos que con tanta ilusión había ido poniendo en mi buena etapa.

    Sé que para muchos es difícil de comprender porque hay que estar en la situación personal para verlo. Sé que me direis lucha y no lo dejes. Yo mismo trato de repetirmelo pero la voz que oigo y el vació que siento interiormente es tan grande que sé que en estas condiciones no vale la pena seguir intentándolo y no porque el objetivo no lo merezca sino porque para luchar hay que estar fuerte e ilusionado. Sólo así se llega a donde se desea. Es un post triste y demuestra que no me encuentro bien. Realmente siento que estoy enfermando a base de frustación, impotencia, esfuerzos sin recompensa, tensión psicológica y una vida que se ha vuelto demasiado cuesta arriba para llevarla con cierta armonía y optimismo. Quizás haya llegado el momento de decir basta porque no será por no haber intentado dar la vuelta a la tortilla mil y una veces o por no haber tirado la toalla y haberla recogido de nuevo con esperanzas de llegar a tiempo a una próxima convocatoria.

    Os deseo mucha suerte a todos y que la tristeza de mi post no os desanime. Creo que hay que luchar por los sueños de uno siempre que el camino que te lleve a ellos no te haga sufrir tanto psíquicamente que resulte imposible alcanzarlos. Cuando uno se encuentra bien y con ánimo y está habituado al sistema, estudiar 9, 10, 11 o hasta 12 horas se sobrelleva por experiencia. El problema viene cuando la tristeza se apodera de tu vida y sientes que necesitas ayuda.

    mucho ánimo a todos. con toda la admiración del mundo.

    P.D. aunque las causas hayan sido diversas qué curiosa coincidencia llevar también 5 años y medio y ser opositor a un pariente muy próximo a las notarías.

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    1. Hola anónimo! También soy opositora a registros y me encuentro en una situación parecida a la tuya.... Me siento triste y frustrada y esta mañana me ha ido fatal. Al leer eto he notado un consuelo... Si me dejas un email me encantaria escribirte...

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    2. Lo primero de todo, muchas gracias por contar el momento por el que estás pasando. Lo bueno de este blog, o por lo menos lo que yo he pretendido, es que se vea la oposición como es, con sus cosas buenas y las malas, y pudiendo reírnos de vez en cuando si se puede.
      El blog se alimenta de las experiencias reales, y la tuya lo es, así que muchas gracias por hacernos participes de ella.
      Entiendo perfectamente como estás, de verdad que sí, porque a lo largo de los años de oposición he vivido muchas cosas que hacen que tu mundo se tambalee, como la muerte de mi tía, a la que adoraba, o una gran crisis pasajera con el que hoy es mi marido, pero que me hicieron, en según que momentos, verme incapaz de continuar.
      Después vino lo de los temas, y eso ya fue el acabose... Por mi manera de ser me sobrepuse a ello, pero estando tocada y hundida. ¿Por qué lo sé? Porque bastaba con encontrarme el programa de notarías en algún cajón para echar una lagrimilla, o pensar qué narices iba a hacer con mi vida para querer meterme debajo del edredón y no salir.
      El estar tocado se nota, igual que sientes cuando estás fuerte, de igual manera se siente la debilidad, y como tú bien dices, la debilidad mental, la frustración, es la que más pesa.
      No sé por qué circunstancias estarás pasando, pero desde mi humilde opinión y según mi experiencia yo te aconsejaría un poco de distancia.
      A veces respirar hondo, y ver las cosas desde la lejanía nos dan una perspectiva más real de lo que son cuando las tenemos delante de las narices.
      Puede que necesites unos meses de coger fuerzas, de analizar el problema e ir dando pasos en la dirección que necesites.
      Nos empeñamos muchas veces en obviar lo que nos pasa y seguir estudiando, porque nos han dicho que hay que hacerlo 10 horas al día, pero nos olvidamos de que 10 horas al día sentado en una silla, deshecho, como has dicho que estás, no sirve de nada, solo empeora la situación.
      Puede que unos meses para ti, hagan que retomes los temas con la fuerza del principio. Igual que una pierna rota requiere escayola y reposo, no podemos pretender rehacernos una vez rotos, corriendo maratones.
      No sé si he sabido explicarme bien.
      Por tus palabras se desprende que es lo que quieres hacer, tu sueño, por eso, creo que te mereces regalarte otra oportunidad, pero en buenas condiciones, fortalecido, descansado y animado.
      A veces nos obsesionamos con el tiempo y los años que llevamos de oposición, pero lo cierto es que dentro de x años, cuando te veas en tu registro, nadie preguntará cómo fue el camino, eso sólo lo sabrás tú. Así que si para llegar a la meta, necesitas unos meses de encontrarte a ti mismo, eso no es tiempo perdido, de verdad que no.
      De verdad que te deseo lo mejor del mundo, y si quieres volver a comentar, seguro que muchos de los lectores que están pasando por una situación similar, lo agradecen.
      Gracias.

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    3. Buenas tardes,
      En primer lugar, me gustaría agradecerte, María Poppins la creación de este blog. Resulta curioso cómo en momentos de soledad y bajo ánimo recurrimos a nuestros amigos y familiares pero también a internet pues nos acerca a gente que, como nosotros, comparte experiencias similares y, tras el ordenador, trata de transmitir aún con más realidad e intensidad que frente a un conocido la experiencia que está viviendo.
      Particularmente agradecerte tu respuesta personal y la dedicación que te has tomado.

      También me gustaría agradecer a la otra "anónima" opositora a registros su participación y dejarle a ella o cualquier otra persona que se sienta en una situación similar mi correo electrónico. Ciertamente que no es mi correo electrónico habitual sino uno destinado a estos fines pero por alguna que otra experiencia desagradable y dado que esto es un blog público, prefiero utilizar otro lo cual comprenderéis perfectamente y sin que con ello quiera decir que haya gente malintencionada en este estupendo blog. En cualquier caso, a los efectos de ponernos en contacto y compartir vivencias o ánimos será igual así que aquí os lo dejo, especialmente para la opositora de registros
      amc_email@yahoo.es

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    4. Me gustaría comentar un poco más de mi situación. Como decía viví 2 primeros años de oposición con dedicación, ilusión, mucha fuerza y esperanza. Ello me llevó a un primer examen con tan solo 1 año y 11 meses. Sabía que era un tiempo corto para el tipo de oposición a la que me enfrentaba a pesar de que las cosas empezaban al menos a despegar. Cada vuelta era mejor gracias a un profundo estudio y templanza. Las cosas empezaban a recordarse como por arte de magia y la motivación y la ilusión también crecían. A pesar de ello quise ser conservador y proponerme dado el tiempo invertido el objetivo de luchar por la mitad del examen (2 bolas de las 3 de civil). Un total de 84 temas cuyo objetivo era defender fuera como fuera. Lo cierto es que la experiencia fue muy buena pues llegué al examen con altas probabilidades de no sólo defenderlos sino tratar darles una cierta dosis de calidad. Así fue, mi primera experiencia ante el tribunal. Salió genial y eso que el segundo tema (el 82) estaba lleno de artículos y era bastante extenso.
      La satisfacción fue importante no tanto por el resultado que era un suspenso sino por la constatación de que podía con aquello pero que era cuestión de más tiempo y esfuerzo.
      Volví para mi casa con ganas de tomarme unas merecidas vacaciones pues me examiné un 3 de septiembre y no hubo descanso alguno. A partir de ahí, a seguir luchando como literalmente me dijo el presidente del Tribunal, Gómez Gálligo.
      Mi burbuja de ilusión era máxima cuando el primer día de mi ansiado y merecido descanso mi padre que trabajaba en Madrid, fuera de la residencia habitual a la que regresaba los fines de semana, decidió que quería separarse de mi madre. Sinceramente, en aquél momento lo encaje con cierta normalidad pues tenían sus más y sus menos pero realmente dentro de un matrimonio de tantísimos años, lo normal.

      Aquella situación sólo fue el preludio de lo que después vino. El hallazgo del detonante de la separación (os lo podéis imaginar), mentiras por aquí, mentiras por allá, una madre con la que vives hecha polvo, guerras con mi padre ante su nueva actitud para conmigo y demás familia. En fin...un sin fin de problemas y de malos tragos que viviendo en casa y dependiendo económicamente de tus padres absorbes como una esponja. Como os podéis imaginar, lo de menos fue el hecho de la separación que ha sido lo que mejor he llevado. Lo peor fueron las formas de hacerlo, los comportamientos posteriores, los cambios, amenazas, tensiones, rupturas incluso con parte de las familias, etc.
      En aquél entonces, yo seguí estudiando pero con todo aquello metido en la cabeza y llenándola de tensiones casi diarias. Cuando no era una cosa era otra y al final desarrollé el hábito mental de tener la cabeza llena de todo aquello y ser imposible librarme de ello. Estudiar en esas circunstancias genera un agotamiento mental extremo.

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    5. Por ir resumiendo...poco a poco empecé a pinchar un día por aquí, otro por allí, una semana por aquí y otra por allá...Así me llegó la siguiente convocatoria y me pilló en pañales. Un año dedicado al hipotecario en exclusiva más todo aquello hizo que cuando reemprendí el civil me llevará un bofetón impresionante. La maravillosa sensación que había sentido en el examen se había esfumado. Los temas se habían diluído y mi mente llena de ruido y de agotamiento era incapaz de reabsorber con la presión de una oposición convocada. Llegó la convocatoria y terminé por no ir pues estaba desencajado.
      Decidí tomarme dos meses sabáticos, algo que debía haber hecho cuando todo estalló y que no hice. Puse la ilusión en una tercera convocatoria (la que ahora tengo a pocos meses vista). En fin, volví seguí estudiando pero algo no iba bien en mi cabeza. Tuve épocas relativamente normales pero volvieron las crisis, los bajones, los enfrentamientos paternofiliales y seguí echándome más peso encima y más presión. Como os imaginareis lo que ha ocurido es que de ser una persona tremendamente exitosa en el ámbito académico he perdido mi autoestima, la confianza, la ilusión y la esperanza. La he perdido no porque se hayan separado mis padres sino porque todo lo que fue viviendo me fue agotando física pero sobre todo psicológicamente hasta el punto de no poder memorizar o retener pésimamente por una concentración a veces nula. Tengo meses mejores pero siempre acabo pinchando.
      De ahí que ahora con la oposición de nuevo encima y viendo que sigo sin remontar esté hecho polvo. Ahora sí siento miedo, miedo a que esto se acaba pues quienes me rodean no dudan de mis cualidades sino de mis condiciones para seguir intentándolo. Me recomiendan que vaya a examinarme como pueda, lleve lo que lleve y ver qué pasa y si no sale bien cerrar este capítulo que me ha convertido en una persona triste, desanimada, miedosa. En fin, lo opuesto a lo que era. A veces lo pienso y siento que esto es una pesadilla de la que voy a despertar pero el sueño ya es muy largo y muy doloroso.
      Empecé Registros porque a priori no me gustaba nada la idea de verme en un gran despacho explotado por unos y otros teniendo valía para intentar un futuro a la larga mucho más cómodo y para poder dedicar tiempo a mi familia y a la gente que quiero. En fin, poder vivir feliz y tranquilo. No incluyo lo económico porque realmente nunca fue mi motivación para empezar la oposición y porque además las cosas no son las que eran. Para mi ocupaba un segundo o incluso tercer plano.

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    6. Vista la situación intento estudiar pero llevo dos semanas que casi no produzco nada y ya me cae la cara de vergüenza con el preparador porque no puedo justificarme aunque sabe que dentro de mis circunstancias intento salir del agujero. Todo el mundo me insiste y yo mismo en que vaya a esa oposición como pueda porque es la manera de saber la siguiente decisión a tomar. En esas estoy, descompuesto y con mucho sentimiento de culpabilidad teniendo un examen a 2-3 meses vista y estar como estoy.
      Obvio decir que en este tiempo ha ocurrido lo típico. Tus amigos se casan, van prosperando, te ves estancado. Afortunadamente tengo conmigo a mi novia, también opositora a Registros que ha sido mi principal soporte para no haber tirado la toalla antes o para seguir siendo feliz aunque sea parcialmente. Son 10 años ya juntos y con ganas de poder salir de esta situación que empieza a asfixiar.
      Era mi sueño, lo es y lo será. Creo que es muy difícil quitarse algo asi de la cabeza cuando te planteas dejar una oposición no por falta de valía sino porque tus circunstancias te han dejado en unas condiciones no aptas para aguantar la enorme presión que supone una oposición de este calibre o parecidas. Sé que ahora más que nunca está el momento en que o espabilo y me meto dos meses a machete a estudiar y rezo para tener suerte pues dudo que pueda llevar todo el temario con estos descalabros o tirar la toalla empieza a ser dolorosamente el escenario más probable.
      Siento como un tren que tanto tiempo llevaba esperando, pasa por delante de mi sin que me vea con fuerzas para correr detrás de él, viéndolo marchar con lágrimas en los ojos por tanto esfuerzo invertido y tanto momento bajo y ajeno a la oposición vivido.
      muchísimas gracias por leerme y por los gestos de apoyo.

      Al menos tengo que sacar fuerza para llegar a ese examen y si es que ha llegado el momento, poner un final digno a esta batalla. De ahí que dude mucho de que cogerme fuerza otros 2 o 3 meses y volver vaya a ser mi solución pues ya lo intentando y van 3 años de lucha conmigo mismo.
      ánimo a todos!
      P.D. Anónima opositora a registros me gustaría que me escribieras al mail cuando quieras.
      mil gracias


      Perdonar que mi historia vaya en formato edición fascículos pero sólo se pueden escribir 4096 caracteres y cuando lo tenía todo escrito me dio el aviso y tuve que ir segmentando.

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    7. Hola anónimo!

      Yo -con vuestro permiso- también me voy a escudar en el anonimato pero, aunque no suelo escribir en posts o foros, al leerte y acabar llorando sentí que tenía que escribirte, pues pasé por una situación parecida y, a lo mejor (ojalá), leerla te sirve de ayuda.

      Yo opositaba a judicaturas. Terminé la carrera un año antes de lo previsto y me sentí con fuerza para hacerlo a pesar de todas las advertencias sobre la dureza y la soledad que suponía. Eran épocas muy buenas en las que se ofertaban 400 plazas anuales y rara vez se cubrían así que me dije: "¿5 años y 10 meses de media? De eso nada, esto lo saco yo en dos". (Primer error: la soberbia y querer luchar contra el tiempo.

      Pues bien, fijado mi objetivo temporal, empecé a ejecutar el plan. Literalmente devoraba temas. Seguía una disciplina prácticamente militar y cronometraba absolutamente todo. No me permitía ni un segundo de desviación ni de descanso (segundo error: SIEMPRE hay que descansar, al menos, medio día).

      Debido a que siempre me ha gustado estudiar de memoria y que me daba muchísima vergüenza hacerlo mal en el preparador, mi literalidad era impresionante. Los preparadores estaban contentísimos conmigo y yo, por qué no decirlo, también lo estaba. Me impresionaba hacerlo tan bien y cada vez veía más cerca mi "soberbio" sueño de comerme el mundo en dos años.
      Mientras, amigos, conocidos y demás fueron quedando en la cuneta, total "¿qué más da si en dos años voy a volver?".

      Entre unas cosas y otras, llevando 8 meses de estudio llegó el primer examen de mi primera convocatoria. Conocía la dificultad de pasar el corte pero aún así fui a ver el examen. No llevaba ni la mitad de los temas que entraban pero, como "iba solo por probar" (mentira: siempre se va con un: y si...) no perdía nada. Pues resulta que el corte fue 45 puntos y yo, con mis 43,6, me quedaba fuera. El comentario generalizado fue: ¡Andaaaa que bien lo has hecho! Con tan poco tiempo has acertado casi todas las preguntas que respondiste y has estado a punto de pasar. Lo lógico hubiera sido animarme y seguir con la misma actitud pero, muy al contrario, aquí ya falló mi línea de flotación por primera vez. Mi plan de los dos años se tambaleaba.

      (hay segunda parte)

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    8. Como se dice en este post, el enemigo suele ser uno mismo y, en mi caso, no iba a ser menos. Me reprochaba toda clase de tonterías como que no era capaz; que no había hecho suficiente esfuerzo; que no tenía vergüenza habiendo fallado a los preparadores y a la familia de esa manera....etc.

      A partir de ese momento tuve un descenso notable del rendimiento hasta aproximadamente 4 meses después. De no descansar, pasé a descansar jueves por la tarde y viernes. A veces, también un ratito los sábados. Algún domingo, en vez de levantarme a las 7 lo hacía a las 10...y así fui acumulando error tras error.

      En cualquier caso, cuando ya se preveía la inminencia de la convocatoria, volví a cambiar mi actitud y a poner toda la carne en el asador. ÉSA era mi convocatoria y lo iba a conseguir, costase lo que costase...Pues no, no lo fue. El Gobierno decidió pasar de 400 a 0 plazas. Ahí si que se me vino el mundo encima. A los reproches que ya me había lanzado, añadí el haber perdido la oportunidad de mi vida y fue el primer pensamiento de abandono. O sería en dos años o no sería...¿Cómo iba yo, tan seguro y esquemático, a estudiar un tercer año sin siquiera saber si volverían a salir las plazas? No estaba dispuesto.

      Con la ayuda de los preparadores y de mi familia (que ha sido el pilar fundamental no ya de la oposición sino de mi vida), decidí ser un poco más humilde y seguir un año más. Total, quien dice dos dice tres...y entre tanto, me presenté a Secretarios Judiciales y pulvericé la nota de corte así que tuve una inyección doble de motivación.

      Pero la vida no es solo estudiar y yo no me daba cuenta. Un mal día, estudiando civil, llegó mi padre con una noticia que me marcó y cambió mi modo de plantearme y ver las cosas. A mi primo, apenas un año mayor que yo, y que formaba parte de mi grupo de amigos, le habían detectado cáncer. Así, tal cual. Mi abuela había fallecido de la misma enfermedad y ante una noticia así, siempre nos situamos en lo peor. Gracias a Dios, mi primo superó el tratamiento y hoy está genial y completamente recuperado. En aquel momento, después de estar unas horas llorando, cerré el famoso Carperi, me monté en el coche y estuve horas conduciendo sin rumbo, pensando en la fragilidad del ser humano, en la fugacidad de la vida y ese tipo de cuestiones filosóficas.

      Así fue pasando el tiempo y, cuando me di cuenta, salió la siguiente convocatoria. 3 años ya y me iba a coger el toro. Además, mi hermana decidió que se casaba.... la semana antes del examen. Entre idas y venidas, familiares entrando y saliendo, etc etc...llegó el examen y volví a perder la oportunidad. Esta vez a años luz de la nota de corte.

      Animado por mis preparadores, volví a intentarlo un año más. Con mis vaivenes, subidas y bajadas pero decidido a cumplir el que -creía- era mi sueño. Para la siguiente convocatoria si que llevaba ya todo el temario visto, repasado, requeterepasado y todos los temas en tiempo. Sólo era cuestión de superar el test y los orales eran pan comido. Nadie lo dudaba. Cuando llegó el momento salí del examen pletórico. Lo había hecho genial. Había hecho mi propia corrección del examen y tenía una nota altísima, superior a cualquier corte anterior. Esta vez si, era la mía. Desde el día siguiente al examen test me puse a estudiar para el oral.

      Dos días después, salió la nota de corte. Entre anulaciones de oficio y algunas respuestas que dudosamente dieron por válidas... me quedé a 4 décimas de pasar a los orales. Otra vez se derrumbó toda mi vida. Estaba de viaje con unos amigos (si, me había llevado los apuntes y estudiaba por las mañanas antes de salir) y en ese momento no quería ver a NADIE. Estuve todo el día encerrado llorando. Tanto sufrimiento, tanto esfuerzo, tantas subidas y bajadas y todo.... para quedarme a 4 décimas. Tomé la decisión de dejar la oposición y "disfrutar de la vida". Durante los días que restaban de viaje me bebí todos los litros de alcohol habidos y por haber.

      (y tercera)

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    9. Llegué a casa y el resultado fue aún peor. Mis padres estaban casi peor que yo, literalmente. El sentimiento de no haber estado a la altura era superlativo y pensaba que no podía ser peor hasta que me armé de valor y llamé a uno de mis preparadores. Sus palabras fueron demoledoras. Así, sin más. Él no podía entender cómo había pasado esto, estaba segurísimo de que una plaza llevaría mi nombre (siempre creyó más en mi que nadie) y los elogios y muestras de cariño que me dio, me dejaron en la más profunda miseria. No obstante, yo ya había decidido tirar la toalla así que no había nada más que hablar...hasta que fui a su despacho y me pidió como favor personal que lo intentara una vez más. Y le hice caso. Ahora sí que tenía que comerme los libros, un año por delante SOLO para repasar y encima no me iba a examinar por mí, sino por uno de los preparadores. Por resumir, fue un año duro pero productivo, cantaba los temas repasándolos media hora y llegué a recuperar la autoestima que había ido perdiendo durante el camino. Sin embargo, llegó el examen test (mi gran caballo de batalla) y, esta vez, me quedé fuera por 3 décimas.

      A raíz de ahí si que tomé la determinación de abandonarlo definitivamente. Se cerraba una puerta pero seguro que se abrirían muchas otras. Ni siquiera fui al despacho de los preparadores, lo hice por teléfono por cobardía.

      Al día siguiente empecé a mandar currículum y había mandado solo 3 cuando me llamaron de los 3 despachos a los que lo había mandado. Parecía que tanto esfuerzo había servido para algo. ¡Tenía donde elegir mientras que mis compañeros de trabajo llevaban años sin que los llamaran de ningún despacho!

      Al principio lo veía todo de color de rosa. Estaba trabajando, volvía a tener vida, recuperé algunos amigos (muy pocos, dicho sea de paso), podía descansar, salir, disfrutar.... PERO....pronto me di cuenta de que no me gustaba el ejercicio de la abogacía. Probé cambiando de despacho pero no, no me gustaba en absoluto ejercer. Puedes imaginarte el dilema: haber dejado la oposición y ahora ¿dejar también el trabajo? Tras muchas noches de desvelo y todo tipo de pensamientos decidí que no podía hipotecar mi vida con una profesión en la que no estaba a gusto así que...¡volví a opositar! De esta decisión hace dos meses pero la mentalidad es distinta. Lo voy a hacer por mi, porque me encanta estudiar (aunque a veces se haga difícil) y disfruto haciéndolo, sin pensar en nadie más. Como si estoy el resto de mi vida estudiando, que sería mi sueño. Después de la opo vendrá el doctorado, alguna de las carreras que tengo en lista, etc... De hecho, muchos de mis amigos no saben que he vuelto a los libros. Además, he cambiado de oposición y, aunque el grueso de temas es igual y me sirve todo lo estudiado, otros (unos 100) son completamente nuevos.

      En definitiva, lo que he querido decir con todo este rollo que he soltado, aparte de desahogarme es que nunca es tarde. Has tenido tus circunstancias, que son solo tuyas y solo tu conoces. Siempre se puede resetear, empezar de cero. ¿Que han pasado 5 años? ¿Qué más da? Si quieres y te lo puedes permitir, bórralos y empieza de nuevo la cuenta. Lo que tardes en llegar a conseguir lo que quieres es lo de menos. Para mí, a diferencia de lo que pensaba antes, lo más importante es el camino. Tienes que estar a gusto contigo mismo y disfrutar la vida, que, como decía antes es frágil y fugaz. Si quieres ser registrador y disfrutas estudiando, sigue haciéndolo. No cuentes lo que has perdido o lo que ya no puedes cambiar. Piensa sólo en aprovechar el camino y pasarlo bien, aunque a veces los arbustos te lo intenten cortar. Ya lo decía Machado: "Caminante no hay camino, se hace camino al andar".

      (y última)

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    10. (esta es la final, de verdad jaja)

      Desde que me lo planteé de esta manera, me dan exactamente igual los años que he "perdido" y hasta he recuperado el humor. No me enfado porque pase una mosca o porque pierda una tarde pensando en las musarañas y la relación diaria en casa (que ya se sabe como somos los opositores) ha mejorado sustancialmente.

      Piensa lo que quieres hacer independientemente de lo que falte para tu examen. Al final, el resultado del mismo dará igual. Haz lo que creas que tengas que hacer sin flagelarte y si quieres seguir y tienes que tomarte un descanso de unos meses antes de volver a empezar de cero, hazlo sin remordimiento.

      Muchísimo ánimo en el camino.

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    11. Hola de nuevo! Estoy francamente impresionado de los mensajes que me están llegando por correo electrónico y también especialmente de este último del opositor a judicaturas.

      Sólo puedo decir muchísimas gracias. Lo puedo decir una y mil veces y siempre quedaría como un desagradecido porque es infinitamente reparador el alivio que me estáis dando y el apoyo psicológico que es lo más importante. He hablado con mucha gente pero nadie como vosotros sabe interpretar mi mensaje y darle la respuesta adecuada.
      Al opositor a judicaturas, al que rogaría se pusiera en contacto por Email para que podamos darnos ánimo y apoyarnos periódicamente, sólo puedo decirle que tu historia es apasionante y que tienes unos...enormes. Yo ahora también me veía fracasando y en un despacho. Justo lo que no quería y por lo que empecé la oposición. Quizás verlo sea la mejor manera si llega el caso de saber que es lo que uno quiere y luchar con otra mentalidad por lo que uno quería y por circunstancias de la vida se le truncó.

      Un abrazo y mil gracias. Escribeme xfa al email!

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    12. Además, he cambiado de oposición y, aunque el grueso de temas es igual y me sirve todo lo estudiado, otros (unos 100) son completamente nuevos.


      El test es mi caballo de batala. Por favor, ¿qué oposición responde a este temario que mencionas?

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    13. Es la primera vez que me animo a escribir en este maravilloso blog.
      Querido anónimo 1, al describir tu situación familiar pareces haber descrito el horror vivido en mi familia... Mis padres no se han separado (pero casi), he sufrido el boicot de uno de ellos que, inclusive, intentó separarme de mi actual pareja, de mi otro progenitor y de personas muy importantes para mí.
      Quiero decirte que no estás solo ante el peligro. Yo he tardado cerca de 2 años en salir del agujero, incluso he tenido que ponerme en manos de profesionales.
      Pero he decidido levantar cabeza porque nada/nadie merece chafar nuestros sueños, y mucho menos esas circunstancias que no elegimos y que la vida nos impone.
      Hace unos días leí una frase que me gustaría transmitirte. Decía algo así como que la vida repite las cosas tantas veces como sea necesario hasta que aprendemos la lección.
      Aprende tu lección, lucha por ti, te mereces una nueva oportunidad. Permítete un fallo, permítete dos, o tres... ¡Los que hagan falta! Pero valórate mucho, y sobre todo, no caigas en el gran error de auto compadecerte y refugiarte en las circunstancias. Desde aquí te pido que salgas de la zona de confort y pelees por tus sueños.
      A mí me ayudó mucho apoyarme en mis amigos y tomar distancia con el asunto.
      Espero serte de ayuda.
      Un abrazo.

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  7. Casi me da reparo escribir dada la nimiedad de mi mensaje vistas vuestras abrumadoras experiencias, pero realmente me nace del corazón. Quería dar las gracias a Maria Poppings por su entrada (no sé cómo no me había topado con ella antes), yo también me he visto muy identificada; pero es que después cuando he leído vuestros testimonios me he quedado literalmente temblando. Por suerte o por desgracia soy una persona muy empática y eso hace que me afecte mucho todo, parece casi que os conociera y al leeros he sufrido. Cuando contabas sobre la separación familiar (y ha conectado con la mía, que también fue una gran mierda), las décimas hasta la nota de corte... Esto último lo he sentido como un mazazo, es casi imposible concebir tanta injusticia. Como anunciaba, mi mensaje es nimio y un tanto insulso pues qué decir ante estas situaciones tan sobrecogedoras... me siento una hormiguita y casi privilegiada, pero necesitaba decir que os comprendo, que me llega vuestro sufrimiento, que os admiro y que sois personas con una gran fortaleza. Que más adelante en el camino probablemente miréis atrás y os podréis dar cuenta de lo mucho que habéis ganado al pasar por circunstancias tan adversas. No quiero extenderme o ser reiterativa, un fuerte abrazo y mucha fuerza campeonxs, OV.

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    1. Muchas gracias por tu mensaje de apoyo. Cada uno tiene su experiencia y no es más o menos importante que la de los demás. Somos personas y las cosas nos afectan de distinta manera según nuestras propias circunstancias y nuestra fortaleza mental en un momento dado. Lo que sí es cierto es que hay que aprender a poner coto o límite a las experiencias que nos van minando a tiempo pues luego se hace muy difícil hacerlo. Ayer leía un artículo con una frase que a priori parece bastante simple pero que, en el fondo, dice una gran verdad. Venía a decir que si tras mucho intentarlo no logras pasar página lo mejor es cambiar de libro. Está muy bien luchar por los sueños una y otra vez pero a veces sientes como ya casi lo has intentado todo o al menos lo que estaba en tu mano debido a tu estado y quizás es más sabio cambiar de libro y afrontar nuevos caminos que empeñarse en releer la misma hoja una y otra vez frustrándote cada vez más y más...
      Un abrazo y ánimo!

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