Ha dado la casualidad de que recientemente me han llegado varios emails de personas que acaban de empezar a opositar. Imagino que inevitablemente septiembre y octubre es momento de empezar etapas nuevas y opositar es una de ellas.
Así que aprovecho el comienzo de curso/etapa/vida para intentar arrojar un poco de claridad a estos extraños primeros pasos.
Es cierto que todo comienzo es complicado, que todo principio desconcierta porque no hay nada con lo que comparar la situación actual.
Creo que hasta el momento en que decides opositar, nunca te habías visto a ti mismo con un cronómetro todo el día encima de la mesa, repitiendo artículos, "cantando" temas. Hasta ahora nada de lo vivido anteriormente puede darnos pistas sobre si lo que sentimos o dejamos de sentir los primeros meses de una oposición es lo que de supone que debemos sentir.
A todos aquellos que habéis empezado recientemente, deciros que esa cara de susto cada vez que vais al preparador y el no saber si se canta o no se canta bien, si se estudia o no lo suficiente es normal, y a todos nos ha pasado lo mismo.
Mi primer día de academia fue un 3 de octubre, tengo la fecha grabada en la cabeza, y una semana después tuvimos nuestro primer cante, si es que se puede llamar así.
Recuerdo esa primera semana con horror, como si todo a mi alrededor se hubiera detenido y delante de mis narices solo pasaran lentísimos los segundos del cronómetro, que me ponía encima de la mesa de estudio para empezar a coger el ritmo de estudiar 8 horas al día, como nos había recomendado nuestra preparadora.
Buf, y que infierno de ocho horas, lentas como ellas solas, pesadas, y desconcentradas. No sé vosotros, pero los primeros meses esas horas eran siglos, cuando curiosamente a medida que avanza la oposición, el cuerpo, el planning y el preparador te pide muchas más, que terminan pasando volando a medida que se acerca el examen. Todo es relativo, y el tiempo en estas circunstancias más.
Pues bien, tras esa primera semana eterna en la que me había dado tiempo a meter más temas de los que nos habían aconsejado, fui a cantar, con los nervios del que tiene que hacer algo delante de otras personas, pero con la seguridad de que me sabía los temas...
Ay, pobre ingenua, que pensaba que estudiando de la misma manera que en la facultad podía obtener los mismo resultado de entonces.
Así que tras empezar a hablar de la evolución histórica del derecho civil, después de unos cinco minutos sintiéndome observada por mis compañeros de grupo, llegó la hoja en blanco, las palabras que no terminan de salir, y el temblor de manos.
Me sabía los temas para sacarte un diez en un examen escrito, y pronto aprendí que para cantar los temas, una vez que llegas al 10 en lo escrito, hay que echar unas cuantas horas más para poder llegar a algo medianamente digno en el oral.
Varios me habéis dicho que no entendéis como después de sacar tan buenas notas en la facultad, el comentario de vuestros preparadores, es que no estudiáis lo suficiente. Y ahí tenéis la respuesta, no tiene nada que ver estudiar para un examen escrito que para un oral, así que paciencia, y sin desesperarse, hay que echar más horas, no queda otra.
Para vuestro consuelo, de mi grupo de oposición, que en esa primera etapa eramos 6, ninguno fue capaz de terminar el tema en ese primer cante, hubo parón, lágrimas, caras rojas, gargantas secas y temblor, mucho temblor. No os desesperéis si las primeras veces no sale, nadie nace aprendido, os lo aseguro.
Al principio se tienen "crisis" cada semana, cada vez que toca cante y que el día anterior estás en tu cuarto, repasando los artículos y los temas y pensando -¿de verdad que me he estudiado este tema? no me acuerdo ni de la mitad!!!Daros tiempo a que las cosas se asienten, a que os vayáis sintiendo cómodos con el estudio, con como suena vuestra voz recitando temas, con vuestro ritmo...no toméis decisiones precipitadas, porque nadie renuncia a su vida y se sienta todo el día a estudiar siendo la persona más feliz del mundo, así que el cabreo o la dificultad del principio no significa que esto no sea lo vuestro o que no servís para ello.
Para terminar os voy a decir un par de frases que ojalá alguien me las hubiera dicho a mí en mis primeras incursiones en la academia de oposición:
- Todos los opositores, en algún momento u otro, se sienten inútiles y que no valen para estudiar, por mucha notaza que hayan sacado en la carrera, esto es otro nivel.
- El miedo al cante lo hemos tenido todos, al principio a quedar mal delante de tu preparador y tus compañeros, y luego a defraudarte a ti mismo tras el esfuerzo hecho.
- Los lloros la noche antes de ir a cantar es el pan nuestro de cada día.
- No te compares con el de al lado porque no tenéis nada que ver. Cada uno lleva su ritmo y tiene su manera de hacer las cosas, encuentra la tuya.
- Buscad caras amigas entre vuestros compañeros de oposición, no sois enemigos ni competencia. Ayudaros mutuamente en todo lo que podáis.
Animo al resto de opositores a que compartan su realidad de esos comienzos, o simplemente una frase de lo que hayan descubierto durante los años que llevan preparando oposiciones. No hace falta que sea bonito, con que sea real es útil.
A por ellos!
Justamente en este momento, estoy viviendo esta etapa. La del inicio de la oposición mañana hace un mes que empecé a estudiar y este viernes voy por segunda vez a junto del preparador y ya estoy nerviosa y aún es martes.
ResponderEliminarAy, bendito primer cante!!! Me acuerdo del mio como si hubiera sido ayer (y casi va a hacer ya tres años).
ResponderEliminarYo sí conseguí cantar el tema entero pero tardé una barbaridad en llegar a mi casa de lo que me temblaban las piernas! Nunca me he sentido tan pequeña como en ese día salvo en el propio Supremo.
No quiero ni recordar esas primerar semanas, que estres!!!
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