lunes, 17 de agosto de 2015

No soy como tú.

Uno de los grandes errores que cometemos a lo largo de nuestra vida y que se acentúa durante la oposición, es el de comparanos con los demás.

Preguntamos cuántas horas estudian unos, cuántos años tardaron en sacarse la oposición, si encontraron trabajo después de dejarla...

Lo que vale para unos no vale para otros, eso es así, porque de lo contrario seríamos todos iguales y esto de compartir planeta sería un auténtico coñazo.

Dicen que las comparaciones son odiosas. Yo cambiaría la frase por, las comparaciones son destructivas. Siempre cogemos como referencia al existoso, lógico, pero no nos damos cuenta de que concentramos los éxitos de varias personas en nosotros mismos.

Nos exigimos sacarnos la oposición en x años porque mi preparador tardó poco y una amiga de la hija de la vecina de mis abuelos también.

Nos exigimos, pese a estar durante varios años encerrados en una habitación, tener la misma buena cara de siempre y no engordar ni un gramo, porque conozco a una chica que aprobó y que era guapísima, siempre estaba perfecta.

Nos obligamos a conservar nuestra vida social lo más intacta posible porque me contaron que un chico salía todos los sábados hasta las 7 de la mañana y aprobó a los tres años.

Y si juntamos que un conocido aprobó a los tres años, que una amiga de una amiga era modelo y opositora y que un amigo de mi primo se sacó judicaturas siendo DJ en un bar de su ciudad...apaga y vámonos, porque probablemente buscaremos ser todos esos en uno y terminaremos queriendo pegar tiros a diestro y siniestro por cansancio, sueño y hambre.

La oposición ya es dura de por sí, como para ponernos más condicionantes sobre la mesa. Lo mejor es intentar andar este camino sin plazos que igualar, ni modelos que imitar. Como decía Ortega y Gasset YO SOY YO Y MI CIRCUNSTANCIA Y SI NO LA SALVO A ELLA NO ME SALVO YO.

Yo, por ejemplo, sabía que por mi forma de ser, aguantaría opositando unos años concretos. Sé que hay otros que llevan 10 o 12 años y que el resultado les compensará todo lo sufrido, pero yo sabía que esa regla conmigo no valía.

Creo que lo fundamental es conocerse, saber lo que a ti te vale, te motiva y te compensa, no lo que hacen los demás.

Esto tiene sentido mientras sigamos viendo claro que lo queremos hacer. Si las razones para levantarse a las 7 de la mañana y ponerse a cantar temas es que uno tardó 10 años y lo consiguió o que a mis padres les hace ilusión que sea notario, juez o la reina de Inglaterra, un día no habrá manera de levantar la cabeza,  ni siquiera de la almohada.






7 comentarios:

  1. ¡Hola!

    Me ha gustado mucho tu entrada y cuanta razón tienes.. las comparaciones son destructivas y, como bien dices, con la oposición se acentúa mucho más,

    Está claro que la oposición únicamente no es estudiar y ser el mejor coco, tienes que saber controlar los sentimientos, hacer oídos sordos a comentarios de personas cercanas, etc.

    ¡Un saludo y mucho ánimo!

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    1. Me alegro de que te guste la entrada. A mí me pasaba mucho, y creo que es fundamental mantener la esencia de cada uno, ya es muy monótona la rutina del opositor como para buscar ser igual que el resto.
      Como diría Albert Espinosa, hay que amar el caos de cada uno, porque es lo que nos hace ser quienes somos.
      Ánimo!!!

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  2. Me encanta tu blog,me siento plenamente identificada...compararte y fustigarte por cómo lo lleva fulanito y tu no...el pan de cada día!jeje
    Un saludoooo!!!

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    1. Me alegra que te guste, y si de vez en cuando te hace sentir que no eres la única "rarita" y te arranca alguna sonrisa, mejor que mejor!

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  3. Mi principal problema creo que fue lo que aquí se comenta.

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  4. No te preocupes, creo que a muchos nos pasa esto, y resultar no ser como el de al lado nos parece un fracaso cuando simplemente es que somos otra persona.

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