miércoles, 2 de diciembre de 2015

El puente antes, durante y después de la oposición.

Todos sabemos lo que son los puentes, esos días de fiesta unidos a un próximo fin de semana, que hacen las delicias de los viajeros y de los que hibernan debajo del edredón.

En mi caso, he vivido un puente desde los tres momentos posibles, antes, durante y después de una oposición, y creo que hay ciertas palabras que cambian su significado según te mueves de un punto a otro.

Eso me hace pensar, que por  mucho que nos empeñemos, la realidad no es una, solo tu versión de los hechos, y si no, que le digan a un opositor "la semana que viene empiezan las obras para cambiar la cocina", no va a decir: "que bien, cocina nueva, que ilusión, todo a estrenar" , nada más lejos de la realidad...en la cabeza de todo opositor las obras son el comienzo del fin, el desastre del plan, la mutilación de los temas, la destrucción de la literalidad, la excusa que el preparador no se va a creer pero que existe porque "te juro que llevo una semana con el taladro a dos metros de mi cabeza"

Lo mismo sucede con los puentes, y los momentos vitales en los que te los encuentras por delante.

A) Puente a.o (antes de la oposición)
- Oye, ¿sabes que la semana que viene hay puente?
- ¿Sí?, ah pues genial, aprovecharé para hacer un par de cosas.
-¿Y si hacemos maratón de pelis o series?
- Vale, sí, que luego en realidad tampoco hago nada y se me pasa sin enterarme.


B) Puente d.o (durante la oposición)
- Mis padres se van a Barcelona y no vuelven hasta el martes por la noche, a ver qué como yo esos días...
- ¿Hasta el martes? ¿Por qué?
- Pues porque es puente, el lunes y el martes no se trabaja.
-¿Otra vez?¿pero no acaba de haber un puñetero puente hace nada? ¿Pero la gente no trabaja nunca? es que es alucinante, están todos los días de puente.
- Bueno, ya nos tocará.
- Lo que me va a tocar es escuchar los gritos de los niños de los vecinos, y al de abajo que pone la música a todo trapo cuando está en casa.
- Ya, y lo malo es que las bibliotecas estarán cerradas.
- ¿Pero es que nadie se da cuenta de que si tenemos a todo el vecindario en el edificio, a los niños gritando en el parque de abajo de casa, y la gente a riadas por la calle, y encima nos cierran las bibliotecas no tenemos a donde ir? Odio los puentes y la gente que los disfruta!!!!
- Yo también!!!!
- Puto puente!!
- Puto puente!!!!

C) Puente ds.o (después de la oposición)
- Oye, ¿vas a hacer algo especial estos días?
- No tenía pensado, ¿por?
- Porque es puente, del sábado hasta el martes.
- ¿Cómo? repítemelo, por favor. Alto y claro.
- del sábado al martes es puente.
- ¿4 días de vacaciones por la cara? ¿los días libres de un mes entero? ¿El equivalente a las vacaciones de navidad? ¿96 horas para mí, para hacer lo que quiera?
- ¿Qué dices? Tío, desde que opositaste estás muy rarito.
- Vuelvemelo a decir alto y claro por favor, ¿De cuándo a cuándo hay puente?


4 comentarios:

  1. Opositora Vividora.

    Yo lo fliparé en colores seguro! Entonces sí volveré a amar los puentes... hasta entonces muerte a los "puentistas"!!! :p

    Disfrútalo, te lo mereces ;)

    Un abrazo, OV.

    ResponderEliminar
  2. El refranero y las frases hechas son muy sabios, quizás por razones obvias, ¿no?, ¿porque son refranes y frases hechas? De ahí "lo del color con que se mira" y lo de "nunca llueve a gusto de todos", seguro. Pero tienes toda la razón en lo de los puentes, no era la envidia cochina lo que nos hacía despotricar de tales fiestas, sino sus consecuencias: ruido, desconcentración y pérdida de tiempo.
    ¿Te das cuenta que especiales éramos y siguen siendo los opositores concienzudos? La fiesta en sí no nos molestaba, si algunos la tenían, pues que con su pan se la comieran y disfrutaran. Todo estaba en función del rendimiento.
    Si señora, los opositores somos así, esa rara avis que nace, crece, se reproduce y muere en función del tema que toca y del tiempo que debe dedicarle.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es! Nos da igual qué día sea,época del año u hora del día, mientras no nos saquen de nuestro ritmo, de nuestro silencio forzado tras los tapones de los oídos y de cantar los temas sabiendo que el vecino está en el trabajo.
      Me encanta tu última frase, me la apunto!

      Eliminar