viernes, 4 de marzo de 2016

la oposición y la operación no bikini.

No sé vosotros, pero para mí la oposición es el tobogán de los kilos, subes y bajas, sin darte cuenta, ¿Cómo te vas a dar cuenta, si con el pijama o los leggins no te aprieta nada? maravilloso mundo sin botones ni cremalleras. 

Inevitablemente, durante estos años es complicadísimo, por no decir, imposible, y además muy masoca empezar dietas, quitarse las galletas que te levantan un poco el ánimo a mitad de la tarde, las bolsas de golosinas que algún alma caritativa te deja sobre la mesa de estudio, o el chocolate que se hace NECESARIO ciertos días, por no decir todos.

Es cierto que hay temporadas en las que los nervios pasan factura, se te cierra el estómago y vas desapareciendo en la silla, delante del atril. Pero no todos tenemos esa suerte, o si la tenemos es temporal, y se pasa el chollo.

Para mí los días de cante eran como el día de pesarse.Toca dejar a un lado la ropa de faena para salir a la calle, enfundarse unos vaqueros estrechos, una americana y unos tacones, o así es como me visualizaba a mí misma antes de empezar a arreglarme esas mañanas, yo que jamás me pongo tacones, pero bueno, fantasear es gratis.

La realidad terminaba siendo la de una loca saliendo de la ducha con la toalla enrollada en la cabeza, mientras va sacando toda la ropa del armario, porque nada le gusta, porque esto me aprieta, y este vestido me marca todo, y¿en qué momento decidí comprarme esto?, ¿cabía yo en estos vaqueros?, ¿en serio que me va a tocar tirar mis Levis favoritos? y así es como llegaba la hora de ir a cantar, y terminaba tirando de jersey suelto y cómodo, o de vestido vaporoso, por llamar glamurosamente a los vestidos que no marcan nada.

Desde mi humilde opinión, no hay que amargarse, y lo dice alguien que se suele pillar unos cabreos importantes cuando descubre una nueva lorcilla a su vera, pero ¿de verdad concebís pasaros todo el día chapando sin poder cogeros un paquete de galletas y hundir vuestras penas en ellos? ¿Os imagináis toda la pila de temas que toca una semana sin poder meteros entre pecho y espalda chocolate para el body?

Oye, que se cogen unos kilos, pues te pasas al mundo de los jerseys anchos, que gracias a Dios están de moda, o apartas las prendas que te torturan, y te las reservas cuando en el futuro seas un juez figurín, una registradora modelo, un notario de pasarela o una profesora escultural, pero de momento...VIVA EL CHOCOLATE y las lorzas que te recuerdan que no estás sólo.






7 comentarios:

  1. Di que sí. Sería el colmo decidir dejar de respirar pero atormentarse por intentar componer la figura para salir más airoso del trance. Hay que priorizar las necesidades, y, me temo, que no hay mayor necesidad para un opositor que la de remachar a fuego el tema que siempre está en huida libre, y después, por añadidura y dentro de lo posible, todo lo demás.
    Se puede renunciar a Satanás y a sus pompas y a sus obras, Pero, ¿cómo renunciar al chocolate, a la chuche o lo que sea que cada cual pueda tener metido entre ceja y ceja y que le permita mantener el paso y conseguir el ritmo deseado? Para lo demás ya habrá tiempo. El resto de nuestras vidas, - ellos y ellas -, ya podremos dedicarnos a sentirnos frustrados por esas u otras razones por el estilo, que lamentablemente lo haremos porque está en nuestro adn. Ahora ni hablar, ¡bastante tenéis y hemos tenido!
    El chocolate, ¡insustituible! Lo de la talla se resuelve, por el momento, e insisto en lo temporal, con una talla más. Lo demás cuando toque.

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    1. Efectivamente, hay que darse una tregua e intentar que la única frustración sea un mal tema, y sí eso se puede endulzar un poco, a por ello.

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  2. Jajajaja me has recordado a mí! El domingo por la noche pienso en lo que me voy a poner el lunes para ir a cantar! Pero luego nada tiene que ver de cómo era en mi imaginación!!
    Y sí, se cogen kilos de más, al principio me agobiaba, ahora no me afecta en absoluto, sé que el día que deje de opositar todo volverá a su sitio, pero mientras tanto que no falte el chocolate en la mesa! :)

    Un beso!!

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    1. Jajaja, claro que si, ya habrá tiempo después para ponerse en forma. Luego ya no hay excusa para meterse una tableta de chocolate.

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  3. Yo el primer año que me las preparé me fui a casa de mis padres después de... Me cogí unos kilos de más, un par de tallas!!
    Pero bueno, luego bajó algo. En fin, que yo en verdad sabiendo que tengo chocolatinas me van a apetecer siempre. Así que intento no comprar hasta el día que ya no puedo más.. El chocolate y el queso lo tengo sentenciado. Claro, que yo desde siempre he tenido kilos de más y si siempre tuviera no sé como acabaría al finalizar la opo! Cuando trabajemos, entre el trabajo y el gimnasio (porque tendremos tiempo para ir) vamos a ponernos en forma!

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  4. Uf...mi primer año de oposicion estaba embarazada y me daba pánico el tema kilos... Entre hoooras de estudio y los antojos propios de mi estado me veía yendo al examen de ocho meses (sí, a punto d dar a luz, pero no sirvió para aprobar, ni para q me dieran la silla más cómoda!) vestida con túnica como King África!
    Por suerte, o por las caminatas q mi matrona me obligó a hacer y a los ejercicios caseros de pilates, no fue para tanto.
    Viva el chocolate!! Yo reconozco q intento cuidarme, sobre todo en las cenas, pero los días q mi cuerpo chilla "azúcar" no le digo q no. De momento mantengo mi talla, pero mi armario da muuucha pena... Dos vaqueros, tres camisetas y dos jerseys, aptos para ir más allá del opozulo.. El resto... Mallas/leggings, sudadera y calcetín gordote... Con lo q yo he sido!!

    Un abrazo y ya nos contarás si dejar de opositar trae la pérdida de las tallas extras ganadas a base de temas atragantados .

    Carmen.-

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  5. Yo prometo que no como más ni peor de lo que comía antes de empezar a opositar, pero los 5 kilos que me he pillado no me los quita nadie, ni el running.
    Guardo unos pantalones en los que a Dios pongo por testigo que, algún día, volveré a entrar. Eso sí, cuando entre se irán directo a la basura porque son feos hasta decir basta.

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