miércoles, 2 de marzo de 2016

Los antojos, las obsesiones.

Hace pocos días fui a Ikea a dar una vuelta, bueno, a dar una vuelta nunca se va a Ikea, volví con varias velas y un par de cestas, como no, y me acordé de las obsesiones que me dieron durante la oposición.

La verdad es que llegaban sin ton ni son, sin avisar, de repente una semana, en ocasiones duraba mucho más, me obsesionaba con algo y no podía dejar de darle vueltas y de necesitarlo.

Una de esas grandes obsesiones fueron las velas de ikea, sí, esas enormes y blancas que huelen a vainilla. Durante meses mi habitación fue una nube flotante, entrabas en ella, y la vainilla te daba una buena torta, como diciendo, " espabila, coño".
Al cabo de unos meses acabé odiando ese olor, y tuve que deshacerme de las velas.

En cierta manera, para mí ser opositora fue como estar embarazada y tener antojos, inexplicables, obsesivos y necesarios. Nunca he estado embarazada, y no sé si lo de los antojos es tanto como lo pintan, pero vamos, que yo los tuve.

Otro de tantos, me dio con los flanes, sí, y mira que nunca me han gustado, de hecho no me suelen gustar las cosas blandas, en plan gelatina o mousse, pero por alguna extraña razón, una tarde que estaba en la biblioteca de mi residencia, empecé a pensar en flanes. Y la obsesión fue tal, que tuve que acercarme en el descanso al supermercado más cercano y comprarlos. Me fui a la habitación a comerme uno, me preguntaba a mí misma si de verdad lo quería, me resultaba extraño, pero efectivamente, cuando tomé la primera cucharada, sentí alivio. Imagino que como el que sienten los fumadores cuando dan su primera calada tras varias horas sin fumar. Ese antojo duró lo que el pack de 4 flanes, creo que nunca más me ha vuelto a apetecer tomarlos.

Y como no, no puedo olvidarme de mis maravillosos amigos los calcetines de colores. Creo que eso respondía a la necesidad de renovar mi armario, y como mi armario estaba principalmente formado por pijamas, ropa cómoda, y más pijamas, me pareció que lo más práctico era darle color a mis pies.

Dentro de lo que cabe era una forma barata de no sentirme fuera del consumismo propio de la gente que me rodeaba. Así que cuando me daba la volada me iba a Calzedonia y arrasaba con la zona de calcetines de colores. Pasaba de largo la zona de ropa sexy, como si eso viniera de otro planeta, y me centraba en los lunares, las rayas, y los calcetines gordos que hacen a la vez de zapatillas de andar por casa, y así de contenta me volvía, como si hubiera encontrado el calzado adecuado para continuar el viaje.

9 comentarios:

  1. Aquí la de las velas de vainilla también jajaja y mi otra obsesión son los labiales! Es mi manera de darle color al día! El lunes después de cantar no pude evitar pasar por la perfumería y una maravilla se vino conmigo jajajaj

    Un beso!!

    ResponderEliminar
  2. Yo tengo una obsesión, que roza ya la drogadicción, con el redbull. Soy absolutamente incapaz de ponerme a estudiar si no tengo una lata a mano y a veces es que ni me la bebo, pero tiene que estar ahí y tiene que durar (si es que no sobra) toda la jornada porque como se me acabe antes es que no sigo estudiando.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me ha impactado mucho tu obsesión. Conocía a una chica que se bebía 4 latas de coca cola al día, pero lo de tener una lata que tenga que durarte toda la jornada, es nuevo. Bueno, mientras te sirva para concentrarte, bienvenida sea esa lata.

      Eliminar
  3. Yo estoy obsesionada con el material escolar de echo iba hacer esta noche un post relacionado con ello xD, cualquier cosa que no tenga...tengo la necesidad de adquirirla!!!cada mes me voy comprando cosas nuevas, así me pasa que no voy a caber en la habitación entre archivadores, apuntes y material jaja
    Me ha encantado leerte ;)
    Muack

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esa la tengo yo también! Para mi ir a Carlin o Tiger es una fiesta. Y lo que más me vuelve loca son los cuadernos, no lo puedo evitar, es superior a mi.

      Eliminar
  4. Yo comparto contigo la obsesión por las cestas.....mi marido me llama Mari-cestos...jjaa....besitos y cuidate

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajaj, me ha encantado lo de Mari- cestos, no se lo voy a decir al mío, que si no ya tengo mote nuevo. Jajajaja.

      Eliminar
  5. Totalmente de acuerdo! vas de obsesión en obsesión y claramente son todas tonterias, pero no puedes pensar en otra cosa.

    ResponderEliminar
  6. Yo es el primer comentario que hago y me siento totalmente identificado. Mi obsesion desde que he empezado la opo es la comida rapida. 3 o 4 dias a la semana tenfo que ir a una hamburgueseria. Pizeria. Kebab... de hecho en mis temas estan pintados en muchas hojas con hamburguesas. Pizzas...

    ResponderEliminar